K397
“¿En qué
pensás cuando te desordenás por dentro?”,
preguntó
por WhatsApp después de un “te quiero”.
Tuve que
salir al balcón para ensayar la respuesta.
Respirar,
regar los jazmines, oler las flores y la tierra húmeda,
sentir la
vibración de los colectivos en la baranda. Era como
un
subwoofer disonante, no lograba amalgamarse
con la
Fantasía para piano K397 de Mozart
que huía
desde el
interior del departamento.
Caminar en
círculos, observar, carpir la tierra
de tres
macetones fue el siguiente paso:
una siembra
se acercaba en la primavera precoz.
Buscaba las
palabras.
Ella es
sinuosa y transparente.
Nunca
habíamos experimentado una primavera juntos.
En los años
que llevábamos de conocernos siempre algo se rompía
cuando todo
comenzaba a ser más exuberante a nuestro alrededor.
Nos
nublábamos, dos fuerzas internas desparejas
que no
podían encontrarse.
Hasta ese
momento, una y otra vez, la estación de las flores nos conducía
en una
procesión hacia un choque calmo, desequilibrante
y el
silencio.
Esta vez
algo pulsaba diferente.
Se sentía
un despliegue.
Un
encuentro.
Una
tentativa de romper la repetición.
Jugué un
rato con mi gata, nos corrimos como solemos hacer
y me sentí
preparado para responder:
“En mí cuando estoy en paz en un
lugar hermoso. Eso me calma”, escribí.
Al fin de
cuentas es todo lo que había sucedido desde que lanzó la pregunta.
Pero en
esta primavera yo no estaba desordenado,
pensaba en
abrazarla
y viajar.
© Lucio
Madariaga
Me gustó mucho el texto y en especial esa respuesta.
ResponderEliminarBesossssssss
ResponderEliminarQuè bello poema Lucio! Una maravilla, me encantó.
Lily Chavez
Hola Lucio: un poema donde lográs transmitir cómo un solo segundo puede ser toda una vida, un ahondar en sí mismo y las causas del ser. La persona amada, la planta amada, la gata amada, los seres que pueblan el alma y la ensanchan, crecen en tu poema para darle voz a lo intangible. Excelente! Con cariño Irene Marks
ResponderEliminar