en Hungría
En una tarde borrosa
una final de futbol
dos hombres se han sentado en un bar
Reparten la bebida,
negocian su nuevo campeón
Al fondo el mozo limpia una copa
Frota hasta lograr el brillo
de lo que no se ha usado
Contra una pared estamos nosotros
La mesa es para cuatro pero así hemos querido nuestro juego
un territorio neutro
lejos del cuadrado
esperanzado y estrecho
En el momento del gol
uno de los dos intenta el acierto:
Una palabra que nos borre cual marca en una copa
Una palabra que nos deje limpios
casi sin usar,
a la espera de un vino finalmente dulce.
© Laura García Del Castaño
Excelente, el paralelismo, muy acertado.
ResponderEliminarABRAZO
Elisabet
Lo narrativo y lo elusivo se complementan perfecto para el final delos versos. Abrazo, Inés Legarreta.
ResponderEliminarel partido, el bar, el vino, todo se juega en el mismo sitio. El gol esperado es como la palabra nueva que permitirá saborear, si aparece, "un vino finalmente dulce". Bello. Abrazo, Marta Ortiz
ResponderEliminaramiga, siempre me asombras. Con temas diferentes pero siempre con la palabra bella y profunda
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ResponderEliminarBuenísimo. Un final perfecto, además.
Abrazo.
Alicia Márquez
ResponderEliminarMUY BELLO EL POEMA, ME GUSTÓ MUCHO.
ELENA CABREJAS 15 de Enero de 2016 , 12 hs.
me dejaste sin palabras!!! hermoso!!! gracias y un beso enorme, se te extraña!!! francisco
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