LA ROSA QUE OSCURECE
La rosa oscurece el pecho del perro
muerto. Llueve y el niño duerme
sin fantasmas de lo que vendrá.
Las moscas vomitan en la fugaz
iluminación. El reloj yace inerte.
Como la flor. Como un niño.
© José María Pallaoro
Me petrificaste, José, Qué estremecimiento de placer ante la belleza.
ResponderEliminarBesosssssssss
Muy buen poema donde la belleza y la muerte se enfrentar y a la vez se acompañan.
ResponderEliminarUn saludo Ana Romano.
Me encanta José María, siempre me encanta!!
ResponderEliminarLily Chavez
Nunca es tarde para dar "gracias". Gracias Moni, Ana, Lily,
ResponderEliminary un bello sol en sus vidas!
jm