El tiempo de las hojas
Había pasado el tiempo de las flores,
y el de las frutas. Tardarían mucho en deleitar mis
sentidos.
Salí a la floresta, casi mitológica, al pie del ventanal,
a cortar un ramo de hojas.
Volví pronto en la tarde que se esfumaba
y apoyé el ramo sobre el mármol del tocador
Busqué el reflejo en la luna de aguas espesas y sedosas. Y
no me vi.
Mis ojos se habían ido al fondo de la imagen, un bosque
agreste era mi morada.
Con el fondo desmesurado de los golpes del agua en la roca
y de la tormenta en
el agua y en la desmelenada fronda.
Entré de nuevo. Sobre el mármol helado brillaba un recorte
de hojas,
un ramo de sol para confortar todo mi invierno.
© Isabel Llorca Bosco
Bellísimo poema, Isabel, y con un final que vale como todo el poema: "un ramo de sol para confortar todo mi invierno".
ResponderEliminarTe felicito y te envío mis cordiales saludos.
Mariano Shifman
ResponderEliminarMis ojos se habían ido al fondo de la imagen, qué lindo eso Isa, felicitaciones. Un abrazo
Lily Chavez
Queridísima Isabel: ese fluir lírico tuyo es como una bendición poética que nos entregás en cada poema. Maravilloso este poema con ese comienzo altamente simbólico: "Había pasado el tiempo de las flores".Como gran poeta que sos, me has dejado sin palabras para comentar, solo quiero SENTIR este poema, que me produce un gran placer poético. Con cariño Irene Marks
ResponderEliminarHola, querida Isabel. Tu poema sumerge en un clima onírico, donde el tiempo y el espacio son otros. El espejo y el agua -otro espejo- producen ese efecto de ambigüedad y desdoblamiento, que perturba al lector y lo hace deambular por el texto de un lado al otro del espejo, entre bosques míticos, aguas torrentosas y ramos inciertos. Hermoso texto. Un beso grande. Adriana Maggio
ResponderEliminarbellísimo, me gustó mucho!!! gracias por compartirlo, francisco
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