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2/12/15

Texto de Paulina Juszko



            Los primeros días no te miro demasiado, como a esos tipos que nos gustan y no queremos que se aviven. Apenas me percato si tus olas vienen derechas o al sesgo. Atenta solamente a asegurar mi lona para que no se la lleve el viento y a orientarla de modo que el sol me dé de lleno. Atenta al libro de turno.
            Jugamos a los desconocidos, pero poco a poco se impone la vieja costumbre. Ya no con el mismo ardor. Antes me entregaba a tu abrazo apasionado apenas llegaba a la playa y mi cuerpo joven gemía de placer; ahora me asustan tus embates, a veces sólo te dejo lamerme los pies. Antes te lo gritaba; ahora sólo musito que te quiero, loco.


© Paulina Juszko       

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