La astucia de la luna carga mi bolso
lleno de culpas antes de dormir.
Le cuento mis dolores desde el balcón
y su luz, absorta, me acuna en el concreto.
(ése es un viaje que no haré, el lenguaje se está
llenando de "no", qué hacer con tanta muerte.)
Ella es mi última ciudad,
la más hermosa, la de mayor poder:
el bastión inconquistable y a la vez la cuerda
que me ata a las mareas de la vida (oh, Sylvia).
Nunca pisaré el Mar de la Tranquilidad.
Pero si muero antes de despertar,
sobre mi piel habrá una tersura armónica,
en paz con el silencio
y mis pies no volverán a temer por los zapatos.
© Paulina Vinderman
Un poema elocuente además de bellisimo donde
ResponderEliminarse desilvana todo el acontecer de una vida y una estrofa final de gran calidad atística
Felíz Año Paulina
Ignacio
Paulina, qué bueno de las comodidades del "después" , no se temerá ni apretarán los zapatos. besos
ResponderEliminarmis pies no volverán a temer por los zapatos. maravilloso.
ResponderEliminarQue bueno leerte!
Mariana Vacs
Hermoso poema, mi admirada Paulina. Felices Fiestas y bienestar y salud para el 2016
ResponderEliminarLily Chavez
Bello poema junto a la imagen de libertad!
ResponderEliminarAbrazo a ambos.
Tere. Vaccaro.