PISTA DE
BAILE (III)
Bajo el
foco celeste y con la mano siempre ocupada
A lo largo
del piolín desgajado de su pierna
El borracho
se despluma de afectos, de podredumbres ajenas
Mientras
empuña las copas impensables
Uno tras
uno los elixires le aguijonean el recuerdo
Ya no
importa quién es o quién ha venido a buscarlo
El borracho
presenta su tapón de sueño, su anillo de hastío
Y siente
cómo una mano apresa su cintura
Pero es
inútil asirlo:
Todo el que
se acerque se prende fuego
(Anida un
vaso de azufre en sus entrañas)
© Patricia
Díaz Bialet
UN POEMA FUERTE ,INTENSO COMO LO ES TU POESIA ,ME GUSTÓ MUCHO,ABRAZO,MARIZEL
ResponderEliminarRealidad, fortaleza del poeta para contar.
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