Interior con naranjas
Las casas pintadas de rosa
o de turquesa, me hicieron pensar
en un país tropical. También
el hombre que manejaba el taxi,
eléctrico como un músico de jazz.
En el auto habló de unas naranjas,
dijo algo que no entendí. Después,
bajo la noche diáfana, pasando
el Bermejo, esa niña desnuda
sobre el puente. Una luz melosa
atravesaba el agua y en el cielo
negro la luna encendida
como una naranja.
© María Teresa Andruetto
Bello poema. Realmente bello.
ResponderEliminarhermoso, hermoso!!! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarBrillante, como esa naranja, un abrazo de
ResponderEliminarSilvia Loustau
POÈTICO Y SUGESTIVO PANTALLAZO
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ResponderEliminarCuánto kilometraje tiene este poema que nos lleva y nos trae con sus palabras, con sus imágenes. Exquisito Tere, besos y FELICES FIESTAS!