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9/12/15

Poema de Amalia Zacoutegui



Ondulo.
Una hilera de cuarzos me danza sobre el vientre,
sobre mi piel que es una llanura tribal en la luz de las dunas.
Médanos, caravanas, pedrerías se descuelgan en el desierto como estrellas de una lumbre infinita.
Ondulo y una serpiente de arena se me enrosca en la sombra.
Me atraviesa una música de embrujo, un aire susurrante, un latido hondamente vivo.
Boca de andar  la miel como plegaria,
de andar  entre las huellas floreciendo dulzura,
ámbar de una enjoyada luz partiéndose en las piedras.
En el oro  del deseo que me surca y me socava
doradamente ondulo.


© Amalia Zacoutegui

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