Este poema
lo escribí
para que llore mi mano.
Miente:
no es el dolor,
sino la palabra
que lo nombra.
No dice
el fuego de la herida,
habla
de esa gota profunda
que llega a la piedra
de mi corazón
y la cincela con tu nombre.
No dice la verdad,
distrae
la atención del sufrimiento.
¿No lo ven?
Está rígido / alerta,
se le secan las frases
y balancea sus líneas
en el vacío.
Titubea
y cambia su respiración,
se repite
para que le creamos.
Pero este poema miente,
no hay palabra
que bombee como la sangre,
ni verso
que apriete el pecho hasta estallarlo
ni verbo
que queme
como tu ausencia.
© Adriana Maggio
Poema, palabra, verso, incluso verbo (logos) podrán mentir, que lo dijo Platón porque el arte y la poesía se aleja grados de la realidad. La palabra podrá entrar en conflicto con un cuerpo con su corazón y su sangre y el fuego que produce el sufrimiento y la ausencia del ser que se ama. Podrá mentir, pero aquí, Adriana, has condensado la verdadera perfección. Gracias y un beso enorme.
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ResponderEliminarNunca la palabra puede con el corazón.
Pero se le acerca bastante.
Como en este poema.
Un abrazo.
Alicia Márquez
El quemar de la ausencia, linda figura final para un poema sostenido en metáforas. Me gustó. Saludos. Antonio Pourrere.
ResponderEliminarTIENE MATICES DE DESAMOR DE LA PALBRA POR LA PALABRA , BUEN EJERCICIO , UN ABRAZO DE MARIA LUISA MARQUEZ
ResponderEliminarEs poesía!! Sentimientos, verdades, juego.
ResponderEliminarBesos
Felicitaciones una vez más querida Adriana. Con una muy "sentida mano".
ResponderEliminarimpresionante!!! es bellísimo y conmueve por demás!!! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarMe encantó tu poema, Adriana! Un abrazo