Sobre
mis viejas huellas entre eucaliptos, álamos y pinos. La calle Estrasburgo es
una montaña rusa que me conduce a él.
Ya lo oigo suspirar, gemir,
sollozar. Chico caprichoso que se aburrió del mismo juego: siempre rompiendo
con estrépito, removiendo la arena, lamiendo la playa, acarreando caracoles.
Cansado, harto, basta.
Quisiera adormecerse en pileta
mediterránea, entregarse hasta el fondo en transparencias caribeñas. Dejar de
lado la rudeza y jugar a la mamá, la mer-mère, ser cálido, envolvente, sensual…
© Paulina
Juszko
Una prosa poética maravillosa, con imágenes sugerentes, abrazo
ResponderEliminarsusana rozas
ResponderEliminarQUERIDA PAULINA , ES TAN HERMOSO LO QUET DECÍS Y TAN SENSUAL. ME PARECE MUY BUENO, Y LA ILUSRACIÓN ES
ESPECTACULAR. TE ENVÍO BSSSSS.
ELENA CABREJAS
11 DE NOVIEMBRE DE 2015. 21:15.