LÁGRIMAS NEGRAS
se ahuecan como
piedras
en rostros dormidos.
Sus cuerpos se extienden como raíces
sobre la enlutada tierra.
La sangre regada inútilmente
se desborda,
por el cántaro manso del tiempo.
El espacio llora lágrimas negras
y hoy se esparcen múltiples cenizas,
sobre almas quebradas.
Por el rincón de la luz
llueven lágrimas negras,
cristalizando la memoria de un tiempo volcánico.
Tras crujidos dolorosos, nacen pétalos marchitos
rogando dignidad.
Vidas sin corazones.
Corazones arrojados al sepulcro.
Y tras la realidad trágica,
un fuerte pestañeo:
Dios llorando.
© MARY ACOSTA
La humanidad, ese gran misterio, que esconde grandeza y mezquindad.
ResponderEliminarLos Dioses lloran, cuando se matan en su nombre.
ResponderEliminarExcelente y duro poema Maryta. La realidad de la barbarie como lágrimas negras. Abrazo grande. Tony Pourrere
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