DECISIÓN
Ha decidido emprender el viaje.
Un tren lo llama, y lo aguarda.
Abrazado al boleto la ansiedad disminuye,
la estación se vuelve hospitalaria,
el andén se convierte en una oportunidad.
Ahora espera que los rieles sean firmes lazos hacia la
verdad.
Aborda. La butaca lo acoge como una mecedora.
El silbato suena presagiando destinos.
Se inicia la marcha. Su corazón se entrega rítmicamente, con
latidos seguros.
Ventanilla abierta. El viento llega de frente quitándole,
uno a uno, los grilletes que la ciudad le ha impuesto.
Su memoria huele lapachos, sus ojos esperan follajes
rosados.
Cerros sagrados resguardan su viaje. Cardones añejos
acompañan su noche.
El tren se detiene y
el Sol de Los Andes recibe al
hijo.
Felicidad. Ha decidido bien.
El Altiplano le revela su identidad.
© Nora Coria
Me despertó la memoria de los trenes de mi infancia patagónica...
ResponderEliminarMuy bello, Nora. Añoro tanto esas geografías!
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