TUPAC AMARU POETA.
Cual cóndor, Rey soberano de un imperio que nacía
Sobrevolaste los andes, Jose Gabriel Condorcarqui
Y en una herencia temprana, con inspiración divina
Las alturas te dictaron todo lo que compartías
¿Cómo hablarnos hoy de muerte, de despojo y genocidio
Si olvidamos que con celo
Las montañas
milenarias tu voz de alerta acunaban?
TU VOZ, tu rostro cetrino, marmolado color tierra
Que en un entrecejo ardiente de tu mirada ya altiva
Señalaba la injusticia, la sed de los poderosos,
La infamia en los negociados, el destierro de tu pueblo…
El presentir de una raza negada por ser la dueña
De maravillas internas que a todos interesaban…
¡Vivir en comunidad! Sembrar lo que consumían…
¿Qué sueño de locos ése que a tu sangre distinguía?
Absoluto
soberano con autoridad divina
¡Genial en
tus estrategias!
Tu mensaje de unidad penetró en cada pedrera
En la garganta profunda de la oriental cordillera
Se alzó el grito rebelado en rituales de guerra
Y en la derrota total, de conquistadores necios
-Que te creyeron traidor a tu raza y a tu estirpe-
Aunque la
muerte ya hablara…
Consolidaste el imperio.
36 años de imperio para invasores tremendos
Fueron tu cuna latente, la semilla, la simiente
Y en 200 años más…
Se vería tu
figura destellar Como TUPÁC,
Insurrecto en la memoria del último inca, AMARU.
El continente
rugió frente al líder que surgía
Abrazó la sed
de otros con humildad y pasión
La semilla germinó…
Y guardó otras en el vientre de esa tierra, con dolor.
La paciencia se
hizo guía de los ancianos y niños
Siendo mujeres, las madres,
fueron la savia bravía
Y
la insurrección crecía…
Cobijada en la bandera que por todos fue elegida
Corazón de aquél ejercito, libertador de conciencias
Fue la fe…
En esa unidad de sangres de nuestra América India
Sabías… ¿Cómo sabías
que sin todos no eras nadie…?
Criollos, mestizos, zambos, compatriotas en la esencia
De no volver a ser
víctimas, junto a tu sangre latían.
Oían…ellos oían… tu voz, y la obedecían
Porque era voz de victoria para aquella tierra herida
Protegida por los Apus
La sagrada Machu
Picchu cobijó tu jerarquía
Y el Dios
civilizador, Viracocha de los Incas, dio luz a tu inspiración
Al calor de INTI,
su Dios, le dio a tu pueblo esplendor
¡Después que tu voz
se alzara en genial insurrección!!!
Oían…ellos oían… tu voz, y la obedecían
Porque era voz de
victoria para aquella tierra herida
El
continente rugió frente al líder que surgía
Y en 200 años más
Se vería tu figura destellar como Túpac…
© Maria Alicia Gómez de Balbuena
ResponderEliminarera voz de victoria para aquella tierra herida.
se me vino toda la música encima con este poema.
Lily Chavez
Ayer vi como dejaron libre a un cóndor!!
ResponderEliminarbesos
gracias mi querida Liliana...siempre esperando verte en mi tierra...Tu palabra y juicio son mi guía en esta materia,lo sabes
ResponderEliminarUn trabajo bello y comprometido. Muy bueno.
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