Desde mi orilla
fueron tantas anécdotas
tanto pasado
que marchó de puntillas para ahogar el estruendo
tantas historias surgidas de la llaga
desde el lugar en el que todo ocurre
y todo vuelve
transita espacios
avanza con aristas
nuevas
se niega a claudicar
en otra forma misteriosa de tormento
a veces
un silencio de tiempo detenido se incrustaba en la noche
asfixiante o extraño
y barría el hechizo
con la inclemencia de una tempestad
en esta orilla
se afianzó la certeza del encuentro causal
la comunión
en esa orilla
una sonrisa tenue pudo abrazarlo todo
y la mirada neta perpetuar el instante.
© Graciela Bucci
Me gusta el ritmo de este poema, su serena fruición.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Gracias Claudio.
ResponderEliminarGraciela
ResponderEliminarHermoso tu poema, Graciela.
Gloria Oscares
Bello poema Graciela, iluminado. Antonio Pourrere
ResponderEliminarSugerente y armonioso, me gustó mucho leerte.
ResponderEliminarDelicado y muy bello!
ResponderEliminar´¨Graciela, poema con pleno dominio de la frase en la difícil situación de absorber el estruendo y "el tiempo detenido...que se niega a claudicar en nuevo tormento. La noche, las orillas y la · "música rara" de la verdadera poesía resbalansdo con tu sonrisa y tu poema. Un beso grande. Me ha conmovido. Isabel Llorca bosco
ResponderEliminar¡Qué bello poema, Graciela! Con un cierre espléndido: "y la mirada neta perpetuar el instante", que además es un perfecto verso alejandrino.
ResponderEliminarFelicitaciones y un afectuoso abrazo.
Mariano Shifman