POESIA PERDIDA
Pestañas que acarician el alma inquieta de los que sueñan
Dedos que vuelan noches a la orilla de una estrella
Párpados que besan cicatrices de otros muertos
Labios que entregan esquirlas en las despedidas
Cabellos que sudan vinagre y leche en cada estación
Uñas desatinadas a la vera de una piel marchita
Celos demudados de esa luna que se abraza a otros pies
Risa afiebrada de vanos llantos
Lengua burlada en otras lenguas
Letras oxidadas en un arcoiris
Musas extraviadas sucias de tinta
Torrente agridulce de versos fundidos
Extintos...
¿Dónde quedó el reloj que marca los vientos?
¿Qué fue de la sombra que escondía los secretos?
¿Quién será el poeta que acuda al auxilio?
© Andrea Marín
Bello, bello, y luminoso. Gracias por este poema.
ResponderEliminarSentir, la vida, secuencias, historia siempre de todos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hermoso trabajo. Sensaciones colectivas que confluyen en un poema íntimo.
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