LOS SORTILEGIOS MARITALES DEL FAUNO.
3.)
Como muchas de mis palabras
han sido crueles contigo
los remordimientos de Homero
las flechas incendiarias de los hijos de Troya
que te observan desnuda y triunfante
junto al noviazgo adolescente de los higos.
La voracidad de mi cuerpo
que mucho se parece al de las hienas
los tubérculos que oprimen con su respiración
los bronquios de la casa
donde me amaste
con esas historias de catarros
y asfixias fingidas.
Pero no tus manos
y sus limaduras con ungüentos
para curar las reumas
encerradas en el estomago vacío de una botella
sin etiquetas
ni las viejas costuras de mi rostro
a punto de romperse en esta hora
en que no sé cómo
ni donde tocarte
entre tanta discordia y tanta oscuridad.
Si tan sólo tu tuviera las antorchas
que iluminaron Tebas con sus burlas
como los murciélagos
escupiría sangre y aluminio
como los fenicios
toda suerte que los mares nos ofrecen
con sus vidrios rotos.
No se justificar tu ausencia
que me llena de pústulas los brazos
me arde el lodo
me quema el barro
estoy herido de viruela y desamor
una ráfaga fría de motores descompuestos
me vence
me despierta.
Unos huesos que ya no quieren cargar
con mis cosas
una máscara que tiene ojos de agua
y una gota de aceite en cada ojo
que con su tiranía ensucia la mirada
y hacen ver mal estas manos
que golpean los tambores destemplados
de mi voz
y de mi pecho.
Para la causa perdida de los hombres
de buena voluntad
entre los que yo
todavía me cuento...
© ALVARO BALTAZAR CHANONA YZA.
ResponderEliminarqué poemón, empezando por por la confirmación del triunfo aqueo, que es derrota para Héctor y Paris, esa digrasión hacia el tiempo en el tiempo de la sensación que es actual, me fascinó a confirmación del abandono y el ansia aún viva, me resulta muy visceral y hermoso este poema. hay una imagen sorprendente: "los tambores destemplados de mi voz" uf.
gracias