Evocación
Treinta mañanas, tardes y noches,
marcan tu ausencia.
Una sola idea me tiene despierta
violar la mudez de tus silencios.
Rogarte, que me hables
al menos una última vez. . .
Intento corporizar tu presencia
Y solo me queda la palabra
para contarte que soy un desierto
desolado y frío desde donde se escapa la vida.
Me acompañan las piedras que permanecen
inmutables pero no respiran,
se quedan conmigo, con mi dolor. . .
© Victoria Asís
Con mi dolor.. hermosa elejía de la desesperanza.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
Muchas gracias querido Gustavo por publicar este trabajo tan significativo para mí. Un abrazo sincero. Vic
ResponderEliminarGracias Pablo por detenerse en mis letras. Un abrazo. Vic
ResponderEliminarEl no aceptar la partida del otro. Sus tiempos, su lugar.
ResponderEliminarParte de un duelo siempre. Que pasa, como todo.
El poema desgarrador.El amor que se fue.
Besos
Poema que conmueve desde los ojos que leen hasta el último cabello.
ResponderEliminarBesos, Vic!!
Nerina, cómo duele aceptar lo inaceptable pero mucho más aceptar que todo pase irremediablemente. Un abrazo desde el corazón. Vic
ResponderEliminar"Violar la mudez de los silencios", impacta esta imagen; hermoso poema aún en la tristeza.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
Hermoso poema, querida Victoria
ResponderEliminarLo leí y a mí también me "queda la palabra"
Abrazo!
ResponderEliminarQué claras imágenes y cuán intensas me maravilla la forma como comunicas los sentimientos con palabras.
¡Qué difícil facilidad!
Muy bien.
Walter