Ya no cae la lluvia
sobre mi cabeza
En bolas
sin
certificados
ni mota de cordialidad
depuesto mi penacho
(que no todo es rarefacer, mascullo)
cae ceniza sobre mi cabeza
Me aggiorno en mi propia caída
¡El servis es mi amada!, rujo
La brisa vil
y una especie de estío
caen encarnando
una figura literaria.
© Rolando Revagliatti
Extraño,original, contundente como un directo a la mandíbula, de acuerdo con tu estilo. Me gusta.
ResponderEliminarSimple y complejo, característica de siempre en sus poema; el hombre con sus pasiones y su mundo.
ResponderEliminarGracias por las imágenes.
Sonia Quevedo