No entiendo la ciudad
no entiendo las calles
no entiendo a los animales
silenciosos o aullantes
no entiendo los amaneceres
y menos aún los atardeceres
no entiendo por qué esto y no lo
otro
no entiendo cómo pasan las cosas
no entiendo la infancia
y menos aún la vejez
mi yo se me escapa de las manos
se hace cada vez más inaprensible.
© Paulina Juszko
Son momentos, circunstancias. Volver al eje es necesario.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen poema sobre la desesperanza... ciertamente, a veces, no entendemos nada.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
Buen texto, Paulina, muy en tu estilo y en diálogo con los problemas de hoy.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Entender...no entender...Estar inmerso en esto que se llama vida...que irremediablemente nos lleva a la vejez...donde todos los yo se escapan sin poder asirlos...proyectados hacia esa incomprensión que es la muerte. Muy bello. Haydée
ResponderEliminarTan actual este poema, tan bien logrado con pocas palabras, la ilustración no e va a la zaga, buen conjunto
ResponderEliminarSaludos
Betty Badaui
Entonces, se entra en la nada.
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