AFTERGLOW
Siempre es conmovedor
el ocaso
por indigente o charro que sea
pero más conmovedor todavía
es aquel brillo desesperado y final
que herrumbra la llanura
cuando el sol último se ha hundido.
Nos duele sostener esa luz tirante y distinta,
esa alucinación que impone al espacio
el unánime miedo de la sombra
y que cesa de golpe
cuando notamos su falsía,
como cesan los sueños
cuando sabemos que soñamos.
JORGE LUIS BORGES
Bello poema que no conocía de Borges. Cuando parecía que todo estaba dicho del ocaso el maestro dice...Muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarEl maravillosos poema de un grande. Gracias por traerlo.
ResponderEliminarExcelente elección. Gracias por compartirlo
ResponderEliminarMaria Cristina Fervier