PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA
Me moriré en
París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París - y no me corro -
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será,
porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha
muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una
soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
CÉSAR VALLEJO
ResponderEliminarBueno que decir, un poema que todos tenemos presentes, y amamos a Vallejo por esa fuerza, por esa forma y justicia de palabras.
Lily Chavez
César Vallejo tuvo algo especial,una manera de decir muy personal que entra y se queda, siempre se vuelve a leer, algo infinito en su palabra, gracias por elegirlo y compartirlo
ResponderEliminarBetty Badaui
en lo personal, este poema me cala hondo... es una hermosura imperdible! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarNo podía faltar Vallejo en este aniversario. Muchas gracias por recordarlo a través de este poema tan conmovedor.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
Gran poeta, "moriré en París con aguacero, un jueves de otoño".. muy bello.
ResponderEliminarGraciela N Barbero
Enorme y controvertido, irreverente sin temores y al mismo tiempo, con enormes miedos. Seguido por poetas pertenecientes al NADAISMO colombiano, Gonzalo Arango, su fundador.
ResponderEliminarTrilce:
«El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su estética. Hoy más que nunca quizá, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista. ¡La de ser Libre! Si no he de ser libre hoy, no lo seré jamás. Siento que gana el arco de mi frente su más imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la forma más libre que puedo y ésta es mi mejor cosecha artística. [...] ¡Dios sabe cuánto he sufrido para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué bordes espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que todo se vaya a morir a fondo para que mi pobre ánima viva!»
Gracias por compartir.
Sonia Quevedo
Enternecedor. GRACIAS POR TRAERLO.
ResponderEliminarMuy fuerte. Sin dejar de ser un poema destacable.
ResponderEliminarGracias
el poeta profeta, el maestro expresionista, el que lo que toca lo convierte en poema.
ResponderEliminarW.M.