Poema de Francisco José Malvárez

CREASÉ, CREASÉ 

   bajo esta lluvia de meteoros,  con pleno sol, en un día esplendido

llueve tupido, lluvia de botellas en llamas, molotov de vidrios trasparentes

vidrios verdes, ocres, caramelos, botellas de whisky, de perfumes

botellas llenas de combustible encendido

botellas que caen y estallan y hacen mucho ruido, pero mucho ruido

meteoros que caen y rompen la barrera del sonido y explotan

y esparcen el horror por todos lados y ruidos y más ruidos

y rocas gigantes ennegrecidas de humo que también  caen estrellándose

caen sobre el humus, aplastando calladas, silenciosas y mortales

bajo esta lluvia me encuentro yo, crease, crease…

   bajo esta lluvia a plena luz del día

lluvia del día final, lluvia del juicio final

apocalipsis que nace en mi atmósfera y cae enceguecida

como lluvia siniestra, como el fin de mi mundo, el de mi puta vida…

se ha desatado la tempestad en mi cosmos celestial

esa tremenda pulsión suicida que desde mi puto origen abarca mis contornos

todos mis contornos e inunda mi contenido

bajo esta lluvia he perdido el control

he perdido la resistencia a las tempestades

y estoy horrorizado e indefenso, crease, crease…

   cae el mundo en botellas, el que tanto he combatido

cae a sabiendas que estoy acabado

cae en botellas enumeradas con etiquetas de las líneas que trasgredí

con las de los límites que traspasé

caen botellas con las de los mandatos a los que no me allané ni tuve respeto

esos de cómo debía o debo ser

con las de las morales que fui destrozando (¡morales hipócritas!)

caen con las del discurso del dios al que ofendí con mis más bestiales acciones

(el haber respondido a mis más genuinos sentimientos)

y otras botellas caen sin etiquetas, llenas de lágrimas

algunas de cocodrilos, otras del alma estrujada

las de los ojitos irritados de mi cría en su deriva existencial

y otras botellas más extrañas con la ausente mirada de mi hermana

la hermana que ya no conozco y me infunde temor y confusión

porque siento un oscuro vacío de años sin luz en el tapial

caen botellas de todo tipo

botellas con el nombre de la cueva que ya no habito

con el de la manada abandonada

con el nombre de los cuadros que no pinto

con la vida que siento que no vivo

y muchas otras más repletas de pájaros muertos

los de mi pasado, ese infierno que siempre va conmigo

con la bestia aleteando, los amores enrarecidos

con los bosques encantados, el de los cristales demolidos

con los unicornios helados y los pegasus de duro mármol

cae el mundo, crease, crease…

   bajo esta lluvia estoy, como dije, acá

sí, acá en la casa de mi amor agachado

la de la loba blanca, la mano que aún me aferra cuando salté al abismo

aturdido estoy, cuasi inmóvil, con la explosiva vivencia de la hecatombe

sintiéndome en medio del desbaste

ruidos y más ruidos me confunden y desesperan

cada cráter, cada botella que explota, que incendia, me deshabita, despuebla

siento el aire enrarecido y la vista nublada

todo es caos en mi, esta puta lluvia, esta puta atmósfera, no perdona

quiere ver mi sangre correr también y no sé como salir

salir de este mí que agoniza y no quiero, pero no puedo, no puedo

de veras que no puedo, crease, crease…

   quiero arrastrarme hasta el escaparate donde venden fe y esperanza

paraguas de acero, murallas de acero, tapones para los oídos, anteojos de luz

salvavidas, maderos para ultramar, manos a que aferrarse

abrazos que contengan, todas cosas para estos casos tan letales

mas dinero no tengo ni tarjetas de crédito al alcance

para poder comprar o alquilar algo por unos instantes que me salve

y así sobrevivirme

lo voy a intentar de todas formas, me arrastraré hasta el escaparate

y he de dejar una mano y un ojo en garantía y más si lo requieren

que me presten lo que puedan por un rato… por un rato nada más

que si sobrevivo pagaré con intereses inmensurables por agradecido

que sino que rematen todo lo mío dejado

quiero arrastrarme, crease, crease…

   bajo esta lluvia me vuelvo a dar cuenta que hace tiempo

me largué a las aguas de la vida en una chalupa de papel

en ella sólo podía llevar por vituallas aquello que no pesa

sueños, anhelos, ideales, ilusiones, amor, compasión…

quizás, también, esperanzas que ya hoy no tengo

chalupa de papel que la majadura del torrente

me la está terminando de hundir

                    crease, crease… todo es así

   por qué hasta de esto me tengo que dar cuenta?!

             la puta madre que lo parió!!!

©   Francisco José Malvárez