Un fantasma
la loca de la calle Lambaré
grita y se despoja
como si para ella
solo hubiera puertas pequeñas
atreviendo la voz
a los monstruos que genera la razón
los implacables de juicios e infiernos
dueños de únicos senderos respetables
sube a este colectivo sin rumbo
grítame tu desvariado poema
su luz de escalofríos y desesperanza
suicida que nos juzga crudamente
alguna vez te he visto con tu cuaderno negro
en el rincón más apartado de un café
renuente a toda contaminación
y todo trato
no tuve el coraje de acercarme
e intentar el sortilegio de palabras
Quinta Galli hacia ninguna parte
este colectivo se pierde
con tu enorme ausencia
© Carlos Alberto Roldán
precioso poema que nos deja su nostalgia .
ResponderEliminarabrazos
S.Roberts
Gracias, Susana. Cada vez que paso por la que fuera su casa, ese fantasmita parece querer conversar conmigo. Ya tendremos tiempo. Me quedé con todas las palabras cuando la vi tomando sola en un rincón de un bar, allá en el fondo, su café.
ResponderEliminar" No tuve el coraje de acercarme
ResponderEliminare intentar el sortilegio de palabras..."
ésas que el fantasmita ronda buscándolas escuchar.
Maria Cristina Fervier