Pero en el fondo
El día parece aire pintado;
pero en el fondo,
no es más que un gris reflejándose a sí mismo.
La noche,
pura agua oscurecida
interminable.
Los relojes vacilan, trastabillan,
pero les ha sido prohibido detenerse.
En la mitad de ese insomnio sin regreso
el hombre padece,
y no puede pedir permiso.
© Miguel Oyarzábal
Miguel, hermosa poesía que transforma el insomnio en creatividad pura.
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ResponderEliminarComo siempre, Miguel, es un placer leer lo que escribís.
Un abrazo.
Alicia Márquez
En el insomnio todo está permitido. Siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
Quiero un libro tuyo Miguelllll....
ResponderEliminarme encanta lo que escribís y aquí en Córdoba imposible conseguirlo.
un abrazo
Lily Chavez
me gusta la atmósfera de este poema, sus sugerencias, el modo como todo lo vuelve gris, sombra, desvelo.
ResponderEliminarmuy bien
me llevó a releer tu libros. Cristina Briante
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