Con su voz de pájaro delgado hasta el suelo
todas las mañanas abraza el relámpago de las horas.
Su corazón escala los tiempos
y nunca puede hablar,
tiene palabras llenas de metal,
vapor encolumnado,
método y disciplina, aceite y blasón,
torbellino de infinitos
y nunca puede hablar.
La palabra, esencia y misterio en el amor
deja huella, magia y luz,
y ahora,
con el vértigo noble de la caída
tampoco dice adiós,
del brillo cerrado de sus ojos
huyen ángeles violetas.
© Daniel Arias
Bellísimo poema. Un placer leerte!
ResponderEliminarSon muchos los que no pueden hablar!1
ResponderEliminarCosa - ineludiblemente - inexplicable para los poetas-
Muy bello tu poema, me remontó a distancias increíbles!!
Mágico lo tuyo.
Abrazo
Hermoso poema con sus formas y silencios.
ResponderEliminarUn poema con bellísimas imagenes! Hermoso!
ResponderEliminarAmalia M. Abaria
Hola Daniel: imágenes que nos llevan con ellas("su corazón escala los tiempos")Esos "ángeles violetas" que "huyen" nos duelen y nos convocan con su fugacidad. ¿Hay algo más pleno de poesía? Irene Marks
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