…como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora…
Octavio Paz
Mientras aclara lento
ellos caminan la
hierba
salpicándose con el rocío.
Las campanas
suenan
alborotadas,
el espacio
comienza a
poblarse de vuelos,
el azul del cielo
se instala
iluminado.
En este marco ellos se detienen.
Sus manos
se aferran en la
despedida
y brota
la promesa del reencuentro.
© Alicia Borgogno
Alicia, muy hermoso poema de esa separeación que va a ocurrir en el límite de la noche y el día. Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarHermoso poema.
ResponderEliminarLindo poema, Alicia ! abrazos
ResponderEliminarLindo poema, un abrazo,
ResponderEliminarSilvia Loustau
Sutil trancurrir hacia una despedida que guarda atisvos de un reencuentro.
ResponderEliminar¡Dulce!, realmente. Abrazo. Vic
me parece delicioso!!! hata te deja la sensación de que no son tan duras las despedidas... dicho así... no?
ResponderEliminargracias por compartirlo, francisco
Gracias por tanto cariño en los comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo
Un poema amoroso como la misma poeta.
ResponderEliminarAbrazo enorme Ali!!
Me gustó el poema , gratifica el espíritu
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