Mares
No soy Odiseo. No regreso a Ítaca. Miro la
espesura del mar sin esperanzas, sin prisa. En la fábula que yo he creado,
alguien me espera en alguna orilla ciertamente lejana. Un fantasma de hielo y
ceniza que cambia a mi antojo.
Alrededor de mí recogen sogas, esparcen
sebo, cruje la madera. Pero sé que no regreso a isla alguna, que carezco de
patria. Que jamás partí de ninguna costa y que nadie hablará de mis hazañas.
Me inclina a veces la decisión del viento.
Giro, varea mi vela, acuden sirenas temblorosas sin canto. Conocer los viejos
ensalmos es a veces útil cuando arrecian de tal modo las olas.
No soy Odiseo, mas he estado en el Hades y
he regresado. Guardo de recuerdo estas marcas de fuego que me acompañarán hasta
que el fuego también me devore. Y un sabor a azufre que nunca cede.
Hoy la mirada se licua. Hoy me pesa no
regresar ni tener dónde. Pero cada ser lleva el destino escrito en esa
implacable telaraña en la palma de las manos. Entonces perfecciono este
simulacro, ajusto la túnica que me aplana los pechos y les grito a los marinos.
Hoy la farsa debe ser casi perfecta. Se me
juegan en ella todos los naufragios y el azote sin piedad de Poseidón.
© Gabriela Yocco
Buenísimo, me encantó
ResponderEliminarMuy bueno la fantasía mezclada con lo real lo hacen muy bello
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Qué hermoso! Me gustó mucho. Está lleno de imágenes muy bellas, y de intensa melancolía. Un beso grande. Adriana Maggio
ResponderEliminarExcelente poema Gabriela! Me encantó! Un beso, Dolores Pombo
ResponderEliminarMuy bonito. muchas imágenes, me gustó !
ResponderEliminarAbrazos. Rosa Lía
Muy buen poema con ese matiz épico y lleno de nostalgia.
ResponderEliminarAbrazo
Graciela Barbero
bellísimo viaje tus versos
ResponderEliminarUna belleza tu poema Gabriela...!
ResponderEliminarEs un canto nostálgico, de una travesía con el viento, acompañada de salmos, de fuego purificador, de naufragios para renacer...
Un abrazo!
Montse Bertrán
Conmovedor poema, Gabriela! Una honda metáfora, para mí, de la vida misma. Cada uno de nosotros sabe del Hades, del regreso, de las marcas de fuego, del valor de crearnos fábulas para ir escribiendo diferencias, posibilidades, aperturas, que finalmente nos tallen, a pesar de los miedos.
ResponderEliminarHasta el propio Odiceo debe haberse dicho infinidad de veces: "No soy Odiceo. No regreso a Ítaca. Miro la espesura del mar sin esperanzas...", antes de llegar a Ítaca.
Hermoso poema!
Un abrazo!
Amalia Zacoutegui