Crucifixión
El ojo de la vida me traspasa
con sus dientes afilados,
sus oscuridades de otoño tardío
y no puedo gritar,.
prisionera de extrañas venganzas.
Lo dejo allí, escudriñándome
con su mirada gélida,
su vaho caliente
que me recorre toda
y me cubre de sombras.
No puedo evadirme
de esa imagen borrosa
que dibuja la cintura del viento.
Me fugo hacia adelante,
hacia la beatitud de un paisaje
que no conozco
pero que adivino frágil
y su voz me grita que ya es tarde,
que siga
aunque no sepa dónde ir.
Me impulsa, me arrastra
entre conductos grises
de palabras obscenas
y yo dócil me entrego,
pasajera de un sitio feroz
y me crucifico en aras
de un dios que no comprendo.
entre infiernos luminosos
que me atrapan y devoran
con sus fauces de fuego.
© Beatriz Minichillo
UN POEMA QUE DESCRIBE UN ESTADO SUBJETIVO DE ESOS ...QUE HAY QUE SOPORTAR ..PERO EL POEMA REDIME,SUS PALABRAS DESPEJAN EL MISMO SUFRIMIENTO ,ABRAZO.MARIZEL ESTONLLO
ResponderEliminarMuchas gracias Marizel por tu apreciación del poema y tu comentario
ResponderEliminarwow... que hilar de imágenes y emociones. Muy bien logrado.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
cariños.
Cynthia Rascovsky
Muchas gracias Cinthia.
ResponderEliminarUn beso
beatriz