EL INOCENTE
Y en el ensueño,
ya no lucha
las piedras
una por una
le golpean la espalda.
Los otros miran
gozosamente
murmurando sobre
mortajas
y epitafios.
Ahora el inocente
recuerda aquel día
cuando su madre
y un Ángel?
besaron sus manos.
Inertes buscarán
nuevamente la plena luz
antes de llegar a esta tierra,
a este polvo, a esta nada.
© Amalia M. Abaria
Amalia, me conmueve esa forma de decir las cosas, siempre me agrada leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Hay una pureza salvaje en estos versos, son muy intensos.
ResponderEliminarClaudio Simiz
Una bella manera de observar el mundo
ResponderEliminarSaludos .
Gladys Cepeda