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17/1/15

Poema de Gabriela Delgado


En brazos de la calle

¿Dónde anida la palma de su lucero?
¿Dónde guarda su hambre y su frío,
su niñez atropellada?
¿Cómo es el mundo en colores
que imagina cada madrugada?
¿Qué se hizo de aquel globo
que alguna vez halló en la calle?
Duerme la inocencia en brazos del asfalto.
Ensueño de arroyo y velero,
caballito de escoba,
duendes, piratas.
¿Quién se llevó su disfraz de infancia,
su carnaval de encanto y de sonrisa?
¿Por qué no hay más retrato
que la sombra de sus huesos
y ese charquito, donde cada aurora
se lava las manos?
Va el niño de adoquín
revolviendo la basura.
No busca comida.
No busca juguetes.
Apuesta a encontrar la estrella
que en alguna parte perdió su madre.


© Gabriela Delgado

12 comentarios:

  1. Me enternece lo del "... charquito, donde cada aurora/ se lava las manos..." Una nítida imagen de grises, vergüenza y dolor.

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  2. GABY QUERIDA....CONMOVEDOR!!!ABRAZO!!!maria del mar

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  3. Tierno, conmovedor y real.
    La ilustración no le va a la zaga.
    Buen poema y bueno decirlo.
    Va un abrazo
    Betty Badaui

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  4. Wow!!!
    Realista y poético a la vez!!!!
    Va abrazo!
    Tere Vaccaro.

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  5. Un gusto leerte Gaby. Besos

    Lily Chavez

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  6. Bello, bello, bello, es la única palabra que se me ocurre para definirlo. Me encantó este viaje a una niñez que está en busca de su estrella. Besos Alicora.

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  7. Me volviste a la infancia en "caballito de escoba". Bello

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  8. Bello poema en toda su extención, con
    hallazgos como "duerme la inocencia en brazos del asfalto" y un final espléndido

    Igacio

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  9. dolorosamente hermoso. susana zazzetti.

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  10. Me gustó mucho tu poema. Tiene imágenes muy poéticas. Además de denunciar una situación que todos conocemos y que en cierto modo está naturalizada por quienes deberían revertirla, va más allá y se remonta a la historia del desposeído, a la injusticia sostenida que todos mencionan pero que en definitiva ninguno erradica. El remate es estremecedor. Un abrazo. Adriana Maggio

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  11. bello, sensible, la traducción en imágenes poéticas del dolor que sentimos ante la niñez "atropellada". Gracias por este poema necesario. abrazo, marta ortiz

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