FUGITIVA
Emancipo
el hado
de mi mar
de rugosidad.
(En la llanura
del horizonte
se recuestan
largas calaveras).
La cabeza en alto,
y las abejas,
consumiéndote...
El preciado azar
del tiempo sin barreras.
Nublo el paso
de arenas movedizas.
Rescato el cuerpo
que creía perdido.
Me revisto en él.
Ahora no soy ya
una sombra desnuda.
Vuelvo a parpadear
con mis propios ojos.
Envuelta en aromas
que me recirculan.
Me desprendo
del lodo del ayer.
Y vuelvo a nadar
con mis propios brazos,
reconstruyendo un alma
que yace en pedazos.
© Cecilia González Gerardi
te felicito Cecilia, por tu poema! me gustó mucho esta voz que desanda el cuerpo!! un abrazo
ResponderEliminarGracias Mariel! Abrazo!
ResponderEliminar"...Nublo el paso de arenas movedizas..." Qué bueno, Ceci. Leerte siempre es garantía de encontrar bellas imágenes y bellos versos Abrazo fuerte querida y admirada prima.
ResponderEliminarHermoso poema!!
ResponderEliminarBuen poema Cecilia. Imágenes que gritan y que abrazan. Cecilia Glanzmann
ResponderEliminarEse tiempo sin barreras, el mismo que nos lleva y nos trae.
ResponderEliminarMuy bueno!!
Un abrazo
Gracias primo Víctor!!!! Abrazos!!
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