Reinventarme cada día de estos que corren de mañanas
calientes y noches de calma estrellada en un cielo desnudo de nubes,
reinventarme para las calles desiertas de Enero en clave de Tango lerdo, de
mesas de café en lugares remotos con parroquianos de rostros tallados en horas
inciertas de indefinidas regiones. Palabras descubiertas entre árboles de plazas con bancos poblados por parejas de
amantes y palomas aleteando migajas de pan. Reinventarme en rostro de mujeres
anhelantes de besos, en cinturas mortales que arrastran mis huesos hacia la
profundidad de un abrazo. Reinventarme en el canto de un jilguero amaneciendo
sueños, entre el estrépito callejero de autos amarillos, camiones de hierros
retorcidos, ómnibus urbanos como trenes de ruedas desinfladas. Reinventarme
cada mañana de cada día de estos que corren en el mes de Enero.
En los recodos de la ciudad
Voy transitando mi tango lerdo
Entre húmedas paredes
De un antiguo puerto de recuerdos
Lineadas enredadas entre maderos
Canción de noche el golpe de agua
A una solitaria canoa,
Pescador silencioso
Único espejismo nocturno
En esta ciudad que mira al Sur.
A las dieciséis treinta y un calor aplastante de Enero dos
mil seis, el césped ofrece lamparones de seco pasto, en la esquina mis árboles
custodios a pesar de ello están rozagantes; una hermosa Guayuvira verde a la
que hago redondear su cabellera regularmente, esta semi inclinada como hacia el
río, pero fuerte, me costo cuidarla en su crecer la ligue con tensores pues se
inclinaba muy fuerte., hasta le aplique sargentos a su tronco, y se afirmo en su hermosura verde su corteza
casi blanca es muy linda, mas hacia la esquina un mirto pleno, al que vuelta y
media los buscas de la calle arrancan sus ramas verdes; es para ramos
mortuorios secretea un vecina que lo sabe todo, mantengo guardia en las siestas
en que se mueven estos saqueadores , lo mimo de vez en cuando removiendo la
tierra a sus pies para que el agua llegue más rápido hasta su ultimo brazo allá
arriba, de vez en cuando me regala con el perfumado polen de sus flores.-
© Miguel Ferreira
"...Reinventarme en el canto de un jilguero..." Sí, Miguel Ángel...Yo tengo el mismo anhelo...Ojalá que un día lo cumplamos... Mientras tanto... Tus poemas y los míos sean pequeños pájaros, acompañando a los verdaderos... Abrazo, poeta...
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