Cuando anochezca
Hoy que la mirada,
no es de quien yo amo.
Hoy me encuentro muy lejana.
Porque se fragua así mi sangre
quemándome imposibles allí donde
mis comisuras se aquietan sin sonrisas.
Sólo beben silencios y sombras
cuando la noche crea sus fantasmas.
¿Es que pido imposibles..digo yo, cuando anochezca
el día o después, cuando mis ojos no se encuentren
distantes,
mire los tuyos,que recorren mi tiempo,como si fuésemos
sólo simples amantes?
Sin tener que elegirnos y el asombro ya se asome en mis
negros ojos, vuelvan a brillar como hace tanto tiempo,
entonces vendrás en una noche inmensamente nuestra
y el olor a cielo abierto esté en el aire!
Volvamos a sonreir sin contrato. Ya
amanece.
Lidia, este poema lleno de nostalgia y tristeza infinita desde la herrumbre del dolor que cancela la sonrisa, demuestra en ese sublime final que la resurrección es posible, y posible de nuevo la mirada que rescata la sonrisa
ResponderEliminaren nueva dimensión, fortalecida.
Un final con aplausos de pié en ese amanecer
Ignacio
Un transito amoroso, que florece en su belleza y se redime en el amanecer. Buen poema.
ResponderEliminarJorge pablo moreno.
Volvamos a sonreir sin contrato, claro. Un buen 2015 para vos Lidia.
ResponderEliminarLily Chavez
El amanecer en tu poema coincide con el amanecer de este nuevo año, Lidia y eso no es poco: es todo un anticipo de esperanza.
ResponderEliminarAplausos, bises y besos
María rosa León