De la guerra
A mí no me cubrió la turba, ni me sacudió la bomba.
No me aturdieron los gritos.
No sobrevolé la bruma, ni tirité en las balsas.
No me acostó la muerte.
Pero tampoco me acarició, el canto de la bandera.
No me acogieron Las Islas, no me eligió la Patria.
Y no tengo la estampa, en la historia compartida.
Ojalá pudiera ser, la mitad de numen
de esos cuerpos muertos en la tierra de la sal
(el hogar de los
cognados)
y la mitad del sueño
de los cuerpos resistidos, en adaptación
y "donde no estuve
nunca, quedar para siempre"
.
© Laura Panizo
(Dice Paul
Celan en Amapola y Memoria: “De mi mano tomas la gran flor/no es blanca, ni
roja, ni azul-pero la tomas./Donde no estuvo nunca quedará para
siempre./Nosotros no estuvimos nunca, por eso quedamos con ella.”)
ResponderEliminarMe despertó un par de reflexiones este poema Laura. A veces olvidamos de decir todo lo malo que NO NOS TOCA.
Un abrazo
Lily Chavez
Un poema que me tocó el alma con una profunda emoción, Laura un poema cuyo nido es la verdad (silenciada) que nos toca también a los que alguna vez gritamos con un grito mudo ante esa
ResponderEliminargrotesca página de nuestra historia, dolorosa historia
Ignacio
Fuerte el poema.
ResponderEliminarbesos
Felices fiestas!!
poco frecuentado el tema de tu poema, Laura ... quedar al costado del camino de los protagonistas de la historia que es propia y es ajena ... fuerte ... muy movilizador
ResponderEliminarmuchas gracias y un abrazo
Lía Miersch
Laura, excelente poema.
ResponderEliminarbesos!
Bello y movilizador poema. Abrazos. Rosa Lía
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