Río Grande
Este es un mes de otoño, el primero,
el del equinoccio,
cuando el rocío es refugio de la hierba.
Como yo,
la intemperie tiene un corazón de viento,
un corazón antártico.
Una lluviecita fría deshace el paisaje
con un clima insolente.
¿Cómo compensar la ubicuidad del viento?
No encuentro acomodo.
Hago de mí una militante del equilibrio.
Grito frío
cuando me aventuro a caminar.
© Estela Barrenechea
Mar4villoso poema que rehace el paisaje con palabras. Y la doble sensación de la sinestesia "grito frío" al terminar de recorrerlo. Un gran beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminar- la intemperie tiene un corazón de viento -
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo Isabel y muy Felices fiestas!!
En la vida está siempre acechando la intemperie , qué bueno ese caminar de tu poema . Un abrazo
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