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1/12/14

Poema de Clelia Bercovich

  
Silencio de las sillas y las mesas 

Hay tanto silencio  de puerta que se abre para adentro 
de silla 
de mesa vulnerada por un desorden 
                                  que grita 
hay frazadas retorcidas como sogas 
una cama orientada hacia el norte 
y una ferocidad que circula 
            por las capas subterráneas 

Pero las sillas y las mesas 
son frágiles 
y la  indiferencia de las puertas 
          las vuelve irreconocibles 

Ni siquiera el dolor permanece 

No queda  nadie 

Ni las maderas 


         Ni los bordes.



© Clelia Bercovich
Imagen enviada por la autora del poema

10 comentarios:

  1. No queda na die...ni siquiera el dolor permanece, desgarrador poema que nos consagra en su soledad.Felicidades.

    jorge pablo moreno

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  2. Hasta de la desolación emerge un bello poema.
    Abrazos
    betty

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  3. Es el primero de tus poemas que leí Clelia, y podría seguir leyéndolo por toda la eternidad! Impecable. Gracias por tu palabra siempre!

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  4. Bello y doloroso.
    De una melancolía conmovedora. Tanta soledad.

    Un abrazo,

    Alicia Márquez

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  5. En la desolación, el escribir no se muda nunca.
    besos

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  6. wow, que buen poema.

    Realemente me gustó mucho.

    cariños.

    Cynthia Rascovsky

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  7. Ni siquiera el dolor permanece, el olvido que causa desolación.

    Muy bueno
    Abrazo
    Elisabet

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