El agua y las piedras
A Virginia Woolf
Ella camina su destino sin relojes. Sabe
que la locura es el límite de lo humano, que no existe forma de ganarle. No
importa que los verdes duelan en los ojos, o que la claridad del día queme
la piel, ella, de todos modos camina ese
destino, huele los últimos estertores de la primavera, casi
los acaricia con cada mirada, y luego, con
su paso rasante, como flotando, llega a la orilla de su parada final.
No es el miedo a la muerte lo que la invade
y atraviesa como una espada invisible, tampoco los límites de la razón, sino la
incertidumbre de la hoja en blanco, su
pasión fundiéndose en los límites de la nada;
como una espiral roja girando
dentro de su cabeza.
Ella camina su destino sin relojes, se
llena los bolsillos de piedras, penetra la cuerda muda del río
sin mirar atrás.
© Claudia I Lonfat
Imagen enviada por la autora del texto
© Claudia I Lonfat
Imagen enviada por la autora del texto
Bella prosa poetica, romántica y barroca. Para leer y releer en un momento de silencio y de templanza. Felicidades.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
precioso texto pòético,claudia, me impactó eso de " la incertidumbre de la hoja en blanco" verdad universal para los poetas. susana zazetti.
ResponderEliminarHermosísimo poema Claudia
ResponderEliminarUn verdadero gusto leerte.
Lily Chavez
Ella camina, que no es poco.
ResponderEliminarMuy buena prosa amiga.
hasta muy pronto!!