tango y sirena
Ya conoces mi indómita marea,
un oleaje bravío de tango y sirena.
Pero hay un deseo de anclaje
que te trae a mis puertos,
a mi bahía de luna que se entrega.
Y te bebes de un sorbo,
mi boca huracanada,
enredado en naufragios.
Arrojado a la orilla de mis piernas
con el cielo en las manos,
cavas en mi cuerpo tus palabras
y me dejas con sigilo
mientras duermo:
tu espuma de varón,
tus castillos de
arena.
© Germana Martin
Pero hay un deseo de ancleje, bellisimo poema, un mar de orillas romanticas que te arrasra hacia su bruma. Felicidades.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
precioso, germana,una sexualidad delicadísima, implícita como " indómita marea". susana zazzetti.
ResponderEliminarImpecable.
ResponderEliminarUna entrega al sentir, al otro, al amor mismo.
Mucha sutileza.
Abrazo