Poema de Antonio Cristóbal Pourrere
IR PARA QUE
El río respiraba su oleaje serpenteante
y la canoa surcaba
sus designios de Delta.
En la grieta neblina se arbolaba la costa
así, de cuando en cuando,
y el rocío goteaba sobre el viejo sombrero.
Valga la soledad, pensé,
esa musa inconstante de escapes y repechos,
furtiva en la penumbra,
invisible en el día.
Pala y pala, apurando como una canción nueva
para que no se pierda en la memoria.
Cabeceaba el crepúsculo,
y me corría, apenas
insinuada la mañana.
Ya dejo de remar, ¿para qué tanto?
Nunca pude ganarle a la nostalgia.
© Antonio Cristóbal Pourrere
5 comentarios:
Muy hermoso Antonio, la nostalgia a veces nos gana la partida y todo se transforma, besos de Alicia.
Hermoso remate que resignifica todo el bello preámbulo. Muy logradas imágenes pictóricas. Un abrazo. Adriana Maggio
Bellas imágenes y mucha nostalgia, gracias por compartir
maria elena tolosa
Caro Tony,
muy conmovedor tu poema y tiene diversas lecturas, me quedan esos cuatro versos finales que son el broche de oro. El verdadero destino del poeta es -acaso- no ganarle a la nostalgia sino poder despertarla en el Otro, en ese interlocutor válido que siempre esperamos se asome a nuestros trabajos. Gracias por compartirlo.
Un gran abrazo
Elisa Dejistani
La nostalgia, en mí es recurrente, quizá por eso me emocionó tu poema y me trajo fuertes recuerdos de mi Pago Chico.gracias por compartir. Vic
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