Giro
Tenue,
el sol de abril
rasga el humo de la tarde.
El niño juega
en su sonrisa quieta
el vuelo sin destino del pájaro.
La claridad
tras engañosa apariencia gris
le baja
(clausura sus ojos)
los párpados.
Piadosa húmeda
la tarde de humo
desata despliega velámenes.
Aniquila vestigios de luz.
© Marta Ortiz
Esta belleza cruza este poema como un velamen de luz, de vestigio y de esperanza. Felicidades.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
precioso Marta!
ResponderEliminarHola querida Marta: "el humo de la tarde", los "vestigios de luz" y "el vuelo sin destino del pájaro" nos envuelven en esta "tarde de humo" en sus juegos de luz, sombra , infancia, claridad y "vestigios de luz". Lirismo puro. Hermosìsimo. Besos Irene Marks
ResponderEliminarHermosísimo cuadro! pintaste con palabras Marta, me encantó!
ResponderEliminarGracias Marta, qué hermoso poema y qué bellamente escrito.
ResponderEliminarbesos
Nada como una tarde piadosa para desatar-desplegar las velas; me encantó este poema, gracias, Marta; gracias, Gus!
ResponderEliminarmuy bello, rescata la belleza del instante que no se repite...
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