Barriletes rurales
Cualquier lluvia cae muriendo y recordando
Rodolfo Alonso
Voces de chicharras
-agujas
chinas-
penetran la ventana improvisada del rancho
Los alguaciles de la ropa tendida
a la intemperie
alertan
La lluvia de invierno duele en la cara
del abandono
Me retuerzo en la lona helada del catre
y sueño:
fósforos móviles
para sazonar melodías internas
de pájaros que condenan al resguardo de la lluvia
el desierto
de
los hombres
© Lucio Madariaga
bueno tu poema Lucio ,tiene un clima presente ,una sutil sensación de pregnancia que nos envuelve
ResponderEliminarun abrazo Marizel Estonllo
Gracias por el poema Lucio.
ResponderEliminarEstimado Lucio: felicitaciones por este logrado poema, en el que confluyen la sonoridad del paisaje y la eterna soledad del hombre. Saludos de Horacio Laitano
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ResponderEliminarGracias!
Van abrazos.
Lucio
grande, lucio.
ResponderEliminarusé el mismo epígrafe de alonso hace muchos años, pero para la introducción del capítulo de un libro (ahora no recuerdo nombre).
abrazo grande, hermano (por edad, tal vez, sobrino) en poesía!
jm
Siempre me gustó este poema de Alonso, así, cortito y al pie. Creo que se llama "Tormenta en el desierto".
ResponderEliminarAbrazo José María!
Lucio
Un gran poema que nos toca el alma. Impacta.
ResponderEliminarSonia
Las tormentas se lucen. Muy buen poema.
ResponderEliminarCariños!!
Gracias por sus palabras, Nerina y María.
ResponderEliminarAbrazos.
Lucio