Cuatro
La alcanza
y el puño
le taladra la sien.
Se arrastra
y un pie
cruje
costillas,
se amorata,
enrojece.
Un talón
aplasta los dedos
y los hunde
en el lodo.
Ella gime
y yo huyo
antes que el
animal
llegue hasta mí.
Corro
antes que arañas
gusanos
moscas
y bestias
me
digan qué soy.
© Griselda Rulfo
genial
ResponderEliminarLa violencia desde la perspectiva del victimario.
ResponderEliminarMuy fuerte tu poema Gris
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Así transita Griselda, con la garra afilada en cada palabra, un estruendo vívido.
ResponderEliminarLily Chavez
Impactante, real.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
Hola Griselda: un poema que es un alegato, muy real, donde el terror se palpa, la falta de esperanza y de salida.Cuando "el animal" no merece el nombre de animal, la persona pierde su autoestima, ve a la madre golpeada e internaliza esa realidad, la hace suya. Un poema necesario Irene Marks
ResponderEliminarImpactante Gri, como todo lo que escribís, un tema para pensar...abrazos
ResponderEliminarRosa Lía
sin aire, maestra!!!! tu palabra nos alcanza con el miedo visceral, animal que jadea aterrado.
ResponderEliminarte quiero amiga
claudia tejeda
Gracias amigos por tanto
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