El mar
Brama el mar desde sus caballos de espuma
desde sus patas veloces y cascos de cristal
brama cuando sus blancos lomos se alucinan
agitándose unos sobre otros.
El mar y sus dedos de reloj de arena
que descuentan las horas que me faltan
para atrapar la Poesía
doncella vestida de escamas con olor a peces
y a diluvio
que me llama en la playa.
Doncella que pasa diluyendo su pelo de sol nocturno
mientras vuelca lentamente cada palabra
metáfora a metáfora
en este enorme cuenco de sal y de milagro.
© Elena Cabrejas
El mar hace que los poetas, podamos amarlo hasta en versos.
ResponderEliminarInfinito siempre.
Muy buen poema.
Abrazo