Poema de Daniel Martínez
DE LA POESÍA
El único mundo posible
este donde cantamos desafinando
donde terminamos el asunto del amor a destiempo
donde nos acordamos de poner en el freezer
la cerveza justo cuando empieza el partido
donde el supuesto amigo nos aburre con el último levante
donde nuestra mujer nos cambiaría mano a mano
por el galán de la novela de turno
donde nuestros adorados hijos confunden
amor con servidumbre
donde se nos rompen los únicos zapatos
minutos antes de la fiesta
donde no nos devuelven el libro que prestamos a quién sabe
donde gastamos en la boleta de la luz
los últimos pesos del regalo de cumpleaños
donde convivimos con más televisores que hijos
para que los noticieros nos acribillen con el morbo
donde las putas cobran cobran cobran
y los psicoanalistas cobran cobran cobran
mientras uno escucha gratis gratis gratis
podría seguir así indefinidamente
enumerando los ítems de la historia del fracaso
nuestro oculto y no muy bien fomentado deporte nacional
pero el punto es que para colmo uno escribe versos
oficio que ya no le importa a nadie
como el de deshollinador o sacerdote
y yo empeñado y dale y dale y dale al lápiz
con el corazón al lado de la taza de café
o comiéndome las uñas los acentos los muñones frente al word
reivindicando el lirismo del silencio introspectivo
interrumpido solo por el vuelo de las moscas
destrozando siglos y siglos de decir
oficio noble que me empeña
hasta el último gramo de mi pobre vista
revolviendo el cerebro como un plato de sopa
y las letras flotando llegando tarde al surrealismo
al modernismo al barroquismo al coloquialismo
en fin a toda la teoría literaria junta
para extraer material inorgánico insalubre
que será vapuleado por todos criticado por los críticos
ignorado por los demás compadres concubinos de las musas
y la palabra la maldita palabra riéndose de mí
y yo escondido en el rincón esperando bailar con la más fea
errándole al centro al costado arriba abajo
al arco al aro al sapo carocero de la cuestión
y la amada novia berreta que me grita al oído cosas obscenas
la que me inventa un cierto aire de importancia
que no impresiona ni siquiera a mi madre
(que no sabe ni le importan estas cosas)
la que levanta polvo donde hay asfalto
la que grita a dos metros de distancia
la que canta a devolver a devolver con una guitarra prestada
y confunde velorios con bautismos
y la lluvia de Dios con orín de gato
y zapatea donde hay un charco
y abre los paraguas solamente adentro de la casa
mi viejo que se las traía opinaba de estas cosas
“y bueno si vos querés ser astronauta” -me decía
que es como ser poeta
tenía razón mi viejo solo que acá no está la NASA
ni los millones de dólares de la NASA
y a mí me da vértigo la mínima altura
y mañana es el segundo vencimiento de la boleta de la luz
donde voy a gastarme los últimos pesos
del postergado y merecido regalo de cumpleaños
y estoy cansado
y tengo sueño
otra vez será
© Daniel Martínez
3 comentarios:
Que estás cansado y tenés sueño y vahídos de desfallecimiento, se nota, Daniel. Que hay zonas del texto de lo más logradas desde tu hálito poético, también se nota. Lo de que los psicoanalistas cobran cobran cobran, no lo entendí desde ningún lugar. En cuanto a las putas, me parece que se la pasan, ellas sí, pagando, pagando, pagando, bastante más que lo que cobran.
Rolando
*
Un momento de desasosiego, donde el poeta hace un balance - excelente - de lo que ve, escucha, observa.
Aunque tuviera sueño.
La realidad lo sobrepasa, el poema se destaca.
Besos
Un momento de desasosiego, donde el poeta hace un balance - excelente - de lo que ve, escucha, observa.
Aunque tuviera sueño.
La realidad lo sobrepasa, el poema se destaca.
Besos
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