ÍCARO MUJER
Unidos el placer y la agonía.
Tal vez, hacen la medida exacta del amor.
Penumbras y sollozos
Agua a mansalva en cataratas de lágrimas.
Tréboles con pétalos de preguntas.
Espejismo de la dicha,
vivida y apurada en un corto minuto.
Amor imperfecto, que dibujó la risa y el llanto.
Mago que colocó alas a mis sueños
para un vuelo sin riesgo.
Sol de fuego que atrapó a un Ícaro mujer
e incendió el estreno de sus alas.
Caída irremediable.
Camino de tréboles marchitos
que aciertan a cubrir el cuerpo
de aquella que se atrevió a soñar.
© ALICIA CORA FERNÁNDEZ
Imagen enviada por la autora del poema
Hola Alicia:no hay caída más dolorosa que la de los sueños rotos y lo expresás con imágenes delicadas en ese "Camino de tréboles marchitos" y esa muerte de "la que se atrevió a soñar". Es cierto, cuando mueren los sueños, también nosotros morimos, y se queman nuestras alas. El renacer ya será sin vuelo, de cara a la realidad destructora. Excelente Irene Marks
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ResponderEliminarDoloroso poema. Excelente, además. Pero hay que seguir soñando. Siempre.
Un abrazo,
Alicia Márquez
Alicia si bien es doloroso está brillantemente escrito. Mi aplauso para tu pluma amiga. Abrazo grande. Antonio Pourrere
ResponderEliminarAlicora, un poema hermoso, cargado de dolor y con un "gran final".
ResponderEliminarUna vez más me encuentro con tu enorme poesía, y no sé que calificativo me falta para comentarla. Me pareció una belleza y gozo leyendote. Un abrazo Eduardo Balestrini.
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