Sol de Marzo.
Hiedra añil en los desvanes
y un barco de añoranzas
encallado en la entrañas.
( Desordenas tu pelo
en el fondo crucial de la noche.
En el perímetro liberado
de los incendios necesarios.
Y arden líquidas cítaras
en las aldeas submarinas de las sombras).
Tal vez
sea la hora y el día señalado
de levantar las piedras
que ocultan las larvas de los siglos.
De convocar las monedas
que fuimos arrojando
a las aguas del Leteo,
y de apilar la paz
donde aún habita
la espumosa mansedumbre de los libros.
Quizás llegó el momento
de abatir arpegios.
De colgar reliquias y camafeos
donde nadie creyó en la esperanza.
O de traducir los graffitis
que la ingenuidad
derrumbó en su trasiego.
Tú podrías ayudarme:
a defenderme del infortunio.
A apuntalar la estructura de los días.
A izar banderas de estíos y pinares.
A buscar en las vísceras de los relojes
un tiempo reincidente y oceánico.
Que el futuro se ofrezca
altivo y devenido.
… llévame
a los dominios donde la vida
se enrosca pretenciosa o ignorada.
Quizás tú puedas ayudarme
a asumir todos estos años perdidos.
© Jorge Moreno De Los Santos
Cuándo los dias y las horas se han perdido extendemos la mano y puede haber alguien que nos ayude a seguir, a veces es así
ResponderEliminarmaria elena tolosa
Qué tul??!!
ResponderEliminarQué Poema!!
Un gusto.
Tére Vaccaro.
Me gusto mucho su mensaje y contenido.abrazos enormes
ResponderEliminarSusana Roberts