Las casas duelen como huesos
Cuántas veces
hemos sacudido los tapices
y abierto el ventanal.
También es una hazaña
aplastar la cucaracha
y bordar silenciosamente la vida.
Una melodía doméstica
en la usura de la luz.
Traerse por la vida
no es inventar la pólvora.
Las tejas del corazón
me arriman sombras
y el aliento sobre la piel
deshace el pliegue de la voz.
Mi cuerpo indisciplinado
se aísla
junto a los nombres que busco,
busco.
© Estela Barrenechea
Hermosas imágenes!!!
ResponderEliminarUn gusto!
Tére Vaccaro.
Estela, hermoso - doloroso-inteligente tu poema. Me encanta el nombre.
ResponderEliminarGracias
Me identifiqué mucho con este poema Estela, me gustó me gustó
ResponderEliminarLily Chavez
Que belleza más alada puebla este poema. Una nostalgia que se deleita en los labios.
ResponderEliminarUna placidez que nos adormece. Felicidades
jorge pablo moreno.
Lindisimo poema Estela. Cariños, Dolores Pombo
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