Cuando ya no exista diremos
que el mar era el poema.
En su sinestesia, salobre y colorida
porfía en un ritmo de olas
para alcanzar el borde de la playa
donde el verso acaba.
Transmutado el sentido
se aloja en lo profundo
preso en la forma diminuta
o monstruosa
emerge y centellea
sólo un instante para ser percibido o capturado.
Los dioses marinos sellaron en la sima
las claves del pasado y el devenir desmesurado
los niños avanzan inocentes hacia el
mar, reconociendo el juego que nunca
olvidaron
el agua mece,
abraza, penetra,
la boca se cierra y todo
el cuerpo percibe lo intraducible
volver.
Cuando ya no exista diremos que el mar
era el poema.
© Antonia Taleti
Muy bueno Antonia! Gracias !
ResponderEliminarBella elejia sobre el mar y su inmensidad.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
Bello poema, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarHola Tona:¡cuánta síntesis en los dos primeros y últimos versos, repetidos pero no, ya que el transcurrir del poema y la diferente disposición de los versos cargan de otro sentido al final! Es como si ese largo verso primero mostrara y la ausencia de lo anterior, el corte en la armonía de las mareas. También así es la palabra ""centellea/sólo un instante para ser percibido o capturado." Un poema que nos duele desde su trasfondo existencial prondo. Lo disfruté mucho. Con cariño Irene Marks
ResponderEliminarPrecioco Antonia!!!! Cuánto me gusta leerte!!!! bersos. Sonia Del Papa Ferraro
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