Temperatura
No solo la fiebre tensa el atardecer.
También la hora
la luz morada
los filamentos.
También el límite
racimos de ausencias
como ramos de violetas.
Siluetas de piedra
merodean los bordes
arborecen la plaza.
Suben repican
maldoblestar retumbo agudo
de campanas.
Sostengo a tientas el inmenso carillón:
alguien sacude
para mí
badajos de
lágrimas.
© Marta Ortiz
Qué hermoso cómo hasta las lágrimas toman el morado (y cómo lo puso Gustavo también).
ResponderEliminarBadajos de lágrimas nos pasa a veces.
Marta, gracias. Y buena lectura hoy con la Herna de S
me gustó mucho! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarHermoso poema!
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela N. Barbero
gracias querida Susana, por tu lectura comentada y por tu deseo. La Hernia ya sucedió, y la lectura, hermosa!!
ResponderEliminarabrazos
Bellamente triste ...Me gustó mucho Abrazosssssss
ResponderEliminarBellamente triste ...Me gustó mucho Abrazosssssss
ResponderEliminarMarta:
ResponderEliminarEs un poema muy bello, lleno de imágenes, de color. Con tus palabras creas el un gran"#clima poético".
Me gustaron muchos los versos que dicen "También el límite/ racimos de ausencias/ como ramos de violetas. Cariños . Ivana
Bello poema. Gracias
ResponderEliminar...racimos de ausencias...siluetas merodeando bordes..sonidos agudos, a tientas puede sostenerse tanto dolor...Qué clima, Marta!!! un abrazo, María Chapp
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